Estados Unidos y Cuba ganarían mucho con unas relaciones económicas, comerciales y financieras normalizadas.

Por Alipio G. Sollet

el libroEl Insituto Peterson de Estados Unidos, acaba de editar el libro “Economic Normalization with Cuba: A Roadmap for US Policymakers”, escrito por Gary Clyde Hufbauer y Barbara Kotschward, quienes contaron con la asistencia de Cathleen Cimino y Julia Muir. Como su nombre lo indica, los autores ofrecen a los formuladores de políticas en Estados Unidos lo que consideran una Hoja de Ruta para la Normalización Económica con Cuba.

Para pocos es un secreto que el bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba, puesto en vigor oficialmente en 1962, que ha sido condenado de manera abrumadoramente mayoritaria por las Naciones Unidas en 22 ocasiones consecutivas, ha significado una pesada carga para la economía cubana y que le ha ocasionado cuantiosas pérdidas económicas y comerciales y la pérdida de numerosas oportunidades de negocios en los 52 años en que ha estado vigente.

Por otro lado, no cabe la menor duda de que EE.UU. y Cuba tienen mucho que ganar con unas relaciones económicas, comerciales y financieras normales. No habría que argumentar mucho más, si damos por ciertos los datos recopilados para el estudio, donde se señala que las exportaciones estadounidenses a Cuba podrían alcanzar los 4,300 millones de dólares anuales, mientras que las de Cuba a Estados Unidos podrían llegar a los 5.800 millones.

Hasta hace muy poco, cuando el Gobierno cubano no parecía verdaderamente dispuesto a emprender reformas económicas internas de gran calado, los riesgos para Estados Unidos de perder oportunidades de negocios en Cuba parecían insignificantes. Sin embargo, los pasos más osados y de más calado que viene dando el presidente Raúl Castro a partir de la aprobación por el VI Congreso del Partido de los Lineamientos que respaldan lo que el gobierno ha dado en llamar “Actualización del modelo económico y social”, podrían comenzar a incrementar gradualmente los riesgos de pérdidas de oportunidades de negocios para las empresas estadounidenses.

La aprobación en marzo pasado de la “Nueva Ley para la Inversión Extranjera”, que aumenta la seguridad para los inversores en Cuba y ofrece oportunidades y garantías que se homologan con los estándares aplicados internacionalmente, y el establecimiento de la Zona de Desarrollo Especial de Mariel, son dos nuevos elementos que podrían dinamizar la inversión y el comercio en Cuba –y en consecuencia aumentar la competencia—, que no estaban presentes en el escenario económico y comercial de la Isla hace apenas seis meses.

Contrario a lo que escriben los autores del estudio, Cuba enfrenta ya hoy importantes retos económicos, cuyas soluciones podrían bajarle el tenor a los retos que habría de enfrentar llegado el momento del fin del bloqueo, algo que Hufbauer y Kotschward no prevén antes del 2018; un período que a mi se me antoja demasiado prolongado, si lo que pretende Estados Unidos es no llegar tarde al “proceso de actualización” que ahora comienza a ganar fuerza en la Isla.

Es cierto que en épocas anteriores la propaganda cubana sobre las perdidas que encajaba EE.UU. por su política de sanciones económicas y comerciales contra Cuba parecía estar por delante de la realidad económica y sobredimensionaba un tanto las perdidas de oportunidades de negocios frente a empresarios de la Unión Europea; pero el Gobierno cubano ha decidido mover fichas –a su ritmo, claro está—, y la realidad comienza a tonarse distinta. Sigue leyendo

EE.UU. afirma que ha construido los Programas digitales en el extranjero con un ojo en la política

Por RON NIXON

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Rajiv Shah, administrador de la Agencia para el Desarrollo Internacional, declaró este mes sobre el Programa como Twitter de la agencia en Cuba. Crédito Win McNamee / Getty Images

WASHINGTON – Estados Unidos construyó programas de redes sociales como Twitter en Afganistán y Pakistán, al igual que uno en Cuba, que estuvieron dirigidos a fomentar el debate político abierto, dijeron el viernes funcionarios de la administración Obama. Pero al igual que el programa en Cuba, que fue ampliamente ridiculizado cuando se hizo público este mes, los servicios en Pakistán y Afganistán cerraron después de que se quedaron sin dinero, porque la administración no podía hacerlos autosuficientes.
En los tres casos, los funcionarios estadounidenses parecían carecer de una estrategia a largo plazo para los programas más allá de proporcionarles dinero para iniciarlos.
Los funcionarios del gobierno también dijeron el viernes que había habido programas similares en docenas de otros países, incluyendo el proyecto “Si, la Juventud Puede” en Kenia, que todavía estaba activo. Los funcionarios también dijeron que tenían planes para iniciar proyectos en Nigeria y Zimbabue. Algunos programas funcionan abiertamente con el conocimiento de los gobiernos extranjeros, pero otros no han sido revelados públicamente.
El proyecto en Kenya, al igual que el programa de Cuba, es el trabajo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. Los proyectos en Afganistán y Pakistán se llevaron a cabo por el Departamento de Estado. Todos estos programas han sido objeto del mayor escrutinio desde que el gobierno reconoció la existencia de un programa similar a Twitter, en Cuba, que funcionó desde 2008 hasta 2012, cuando se terminó abruptamente, al parecer debido a que un contrato para la puesta en marcha de un sistema de mensajería, que se puso en marcha son $ 1.3 millones de dólares, se quedó sin dinero.
La Associated Press, que publicó por primera vez un artículo detallado sobre el Programa de Cuba, informó que se creó para fomentar la disidencia política en la isla. Pero funcionarios de la administración, al tiempo que reconocieron que fueron discretos sobre el programa cuando estaba en vigor, dijeron que se creó para proporcionar a los cubanos una plataforma para compartir ideas e intercambiar información.
Los funcionarios del gobierno no proporcionaron información sobre el propósito y el alcance del programa de Afganistán, el cual no había sido revelado previamente. En cambio, en 2009, Hillary Rodham Clinton, la secretaria de Estado, anunció el programa Pakistaní, durante una reunión con estudiantes en Lahore, Pakistán. El Departamento de Estado trabajó con compañías de telecomunicaciones de Pakistán para crear la red.
Llamado Humari Awaz o Nuestras Voces, el programa se ha ejecutado fuera de la oficina de Richard C. Holbrooke, enviado especial del presidente Obama para Afganistán y Pakistán, que murió en 2010. El propósito del programa, de acuerdo con personas que trabajaron en él, fue proporcionar una plataforma que utilizando la mensajería para ayudar a los paquistaníes a construir redes móviles en torno a sus intereses compartidos.
Los funcionarios del Departamento de Estado dijeron que, en su mejor momento, el programa costó alrededor de $ 1 millón y conectó a más de un millón de personas que enviaron más de 350 millones de mensajes. Los usuarios del servicio podían inscribirse usando su información personal o permanecer en el anonimato.
El servicio fue utilizado por un segmento diverso de la sociedad pakistaní, según las personas que dirigían el programa. Los agricultores lo utilizaron para compartir los precios de mercado. Las organizaciones noticiosas lo usaron para llegar a los lectores. La gente lo utilizó para conectarse y compartir información como los resultados del cricket.
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